El click del campesino

junio 11, 2010

Ni regalos ni robos…

Filed under: Cuba,Política — Dayán García La O @ 5:40 pm

No sé como llamarle a esto que siento. Una mezcla de mediocridad, impotencia y distensión ocupa mis ánimos. “Pecar de joven”, diría un amigo en su levitación filosófica y conceptual. Y es que nunca había sentido tan cerca los efectos del choque generacional, amén de que haya tenido que “dispararme” en algún momento los gustos musicales de mi abuela entre boleros y son.

Graduarse es el sueño de muchos, la desgracia de otros (como el suabelo, quién pospuso ese evento por razones troskistas). Este que escribe siempre quiso darse y darle a su familia el título de universitario. Llegó en 2008 el “Ya soy periodista” y unos meses después comencé en serio mi vida laboral. Lo que quedó claro en poco tiempo fue que no definen a la “hora de los mameyes” la responsabilidad, el sacrificio o las ganas… simplemente la decisión de una sola persona puede llegar a cambiar el rumbo de tu vida.

Modestia es la palabra a la que me apego tras el miedo a ser visto como joven irreverente, término que define a quién aparece en el mundo profesional con deseos de hacer, solo eso. Respeto la experiencia, me gusta aprender de cada cosa, incluso creo lógica cierta reserva natural y biológica.

En mi trabajo pienso (dejo el margen a la equivocación) que molesta a algunos la fuerza juvenil que irrumpe en su dinámica actual. Gritos de más, esa falta de concentración genial, pero esa alegría visual excitante, prometedora y genial. El gremio periodístico adolece del BIEN del dinosaurio, ese que hace que vacas sagradas (profes brillantes) se aferren a una redacción hasta recibir la última nota de sus compañeros.

Es sencillo, en China, en Alaska, en Martes o Júpiter siempre que uno se gradúa tiene que bailar con la más fea, e ir escalando posiciones en lo que la vida te permite. Y eso pensaba que era el choque generacional, solamente la lucha entendida entre el que llega y el que no se quiere ir.

Pero iluso no me había dado cuenta de que eso siempre lleva su sabor, el condimento que producen los sentimientos y las acciones que no siempre son transparentes, o al menos no son percibidas como tal.

Un día tras otro, me dijo otro amigo, pero es que quiero convivir en paz, con esos que tiene mucho que enseñarme, con los de mi generación, porque simplemente no me interesa saltar escalones. Solo quiero alcanzar mis metas con esfuerzo propio. No quiero regalos ni robos.

junio 1, 2010

El reencuentro

Filed under: Cuba,Mundo,Política,Social — Dayán García La O @ 5:45 pm

Casualmente el mismo mes de mayo la puso frente a mí,  con 12 años de diferencia. Antes fue el primer día del mes primaveral, ahora fue el último. Ayer me reencontré con mi memoria. Volé en un DC-10 más de nueve horas para sentirme nuevamente en París, donde la misma mujercita atrevida y auténtica guió mis pasos y rompió barreras para que el nombre de Cuba brillara en las casi dos horas que duró la conversación.

El colofón de la jornada comenzó con aquella llamada telefónica para que me presentara en la dirección, a pesar de la pena provocada por la muerte de Toledo (un admirable y revolucionario viejo-joven) y la prevista llegada tarde a “casa”  con el agregado estomacal de rezar para tener algo que llevarme  a la boca.

Children´s Summitt 1998, París. Este que escribe cambió la montura de su caballo por el incómodo asiento de un avión y su verbo rústico por un estilo cuasi diplomático, con la genuinidad de ese corte guajiro  e inocente. Allí estaba Soledad Cruz, principal artífice para que

La periodista Soledad Cruz, a quién conocí como embajadora de Cuba en la UNESCO (Foto tomada de Internet)

La periodista Soledad Cruz, a quién conocí como embajadora de Cuba en la UNESCO (Foto tomada de Internet)

EE.UU invitara por primera vez a unos niños cubanos a la referida V Cumbre Mundial de la Infancia.

Mi primer contacto con la destacada periodista, referente para mi madre y muchos de su generación, ocurrió una hora después de que el “pájaro de hierro” aterrizó en el aeropuerto Orly de la capital francesa, con cuatro grados de temperatura que le quemaban las ganas al caribeño más pinto. Los de la aduana, “frívolos y oportunos”, imaginaban un perfecto tráfico de infantes y nos retenían en un saloncito pequeño.

Hasta ahí llegó Cruz, entonces embajadora de Cuba ante la UNESCO, y si mis recuerdos me permiten fidelidad, olvidó el protocolo y en una regresión a los tiempos de su central natal formó un salpafuera en español, en francés mordido, en cubano, y en todo el idioma que sonara a que le dejaran tranquilos a sus pupilos y que terminó por supuesto con su victoria por KO. Me sentí durante 12 días uno de los niños de Soledad. Desde mis trece años disfruté los paseos, Disneyland, y todo lo que supo complementarle al evento.

Junto a amigos del Reino Unido en París, 1998

Junto a amigos del Reino Unido en París, 1998

A su programa colateral debemos la visita a una PERFUMERÍA de ensueño, al Pasaje Denon del Louvre para ver a la Mona Lisa,  a la magnífica Torre Eiffel con el añadido de la compañía de Miguel Barnet, la visita a la catedral de Notre Dame de los muñequitos, al Monumento de la Princesa Diana, la Plaza de la Concordia, el Arco del Triunfo y a todo aquel sitio a donde la Cumbre no llegó.

La recordaba como la encontré, parece que es nada esta decena de mayos. Canas que ya estaban, ese espíritu eterno, y una genialidad en su hablar lleno de esa sabiduría tan suya y esa sinceridad multiplicada. En esta Soledad de 2010 encontré mis preguntas, las respuestas de otros, las respuestas de nadie, en una complicidad profesional nunca imaginada por aquel itabense que llegó a París siendo niño y con aspiraciones de estudiar abogacía.

Le comenté mis preocupaciones, me emocioné con sus historias, con ese desenfado tan suyo, tan original a sus años vívidos a plenitud (imagino). Regresé al Senna y sus góndolas, al mismo tiempo que conocí sobre la historia de la Cuba de hace 20 años.

Fue un momento especial, quería congelar el tiempo, no hacer otra cosa que escucharla, sonreír ante su ingenio, reflexionar sobre sus verdades. “Soledad se siente acompañada…” fue el sabor urgente que me trajo el recuerdo, como en aquellos días de mayo de 1998 cuando nos recibió segura, confiada, perfecta. Gracias otra vez.

febrero 18, 2010

Periodismo con preservativo. ¿Protección?

Filed under: Cuba,Política,Social — Dayán García La O @ 11:55 pm
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Por Roberto Miguel Torres Barbán (Especial para EL click del campesino)

¿Qué relación o relaciones existen entre el sexo y el periodismo? ¿Acaso te lo has preguntado? Nunca habías pensado en eso. Ahora: ¿Qué sientes cuando usas condón  en una relación? Solo hace falta haberlo probado para saber que el sexo con preservativo no es igual a cuando se “hace al pelo”.

El uso del gorrito tiene sus ventajas, te proteges de las ITS, de embarazos no deseados, y sobre todo te sientes más seguro, no me imagino el instante del sexo, pensando: esta persona podría contagiarme…podría contagiarme… podría contagiarme …uhmmmm…¿dónde se pone la concentración?; todo un atentado contra el disfrute sexual.

Pero resulta que las fortalezas del preservativo son sus propias debilidades, no te proteges, pero no disfrutas plenamente, te sientes menos libre, y por supuesto con preservativo jamás tienes hijos, en caso de los que lo uses siempre por temor a quedar infectado.

Algo parecido a lo que siento cuando uso preservativo en una relación me sucede cuando escribo; lo que antes fue placer, disfrute, devoción hoy es encuadre, fórmula, receta, obligación.

Así me sucede cuando aún a falta de experiencia en el periodismo, de conocimiento y de mucho camino por recorrer tengo esta conocida sensación, lo mismo que con el amor, pero es ahora el periodismo el que hago con preservativo.

Solo seis meses he necesitado para sentir estas irresistibles ganas de quitarme el gorrito, y escribir…más allá o acá del “free lance” -que me resisto a creer exista- más allá del cast, las reglas y los editores escribo, con la inmensa necesidad de cambiar mi espacio, el más cercano, el que puedo, porque me resisto a que todo quede estático, imperfecto, no me conformo con ser un inconforme, vamos a ver cuanto me dura, espero que toda la juventud y que esta a su vez, sea toda la vida. Allá vamos:

Parte 1: Los inicios
Algunos años atrás leí que escribir es hacer el amor con las palabras ¿será verdad? Hace mucho más tiempo quise ser periodista, y después, ya en la universidad, un poco más cerca de esos sueños, cuando comencé a disfrutar del placer del lápiz o del teclado, comprendí la veracidad de aquella afirmación.

Pero hoy no escribo porque quiero sino porque “tengo”, debido quizás al ejercicio diario de la profesión –en la justificación salario del mes: sustento de unos días-, me cuestiono por los sentimientos que me mueven a hacerlo.

Recuerdo con nostalgia el placer común que aquellos pichones de periodista sentíamos al redactar desde las aulas universitarias, el artículo para el periódico o el chismógrafo de la facultad, aquella hoja escrita en los mismos turnos de clase y que servía de publicación no importaba si era para nosotros mismos y el público era reducido, no importaba cuando todo se hacía por el simple placer de escribir.

Escribía lo que pensábamos y pensábamos lo que sentíamos y al final la única atadura al  emborronar cuartillas o el Word éramos nosotros mismos, hoy cunado los tiempos y la universidad solo son motivo de nostalgia y las responsabilidades pesan sobre nuestras espaladas todo cambia.

De pronto, al graduarme, no sé si es que he madurado demasiado rápido o que he chocado con una mayor velocidad con la realidad de la profesión pero siento al escribir lo mismo que siento cuando hago el amor con preservativo, pero no sé para que lo uso si al final ya me he contagiado con la moda de la protección, si lo hago con el amor, entonces me pregunto porque al escribir también uso condón.

Vaya la modernidad de hacer este periodismo con condón, que me ha causado en época tan temprana un síndrome de impotencia- anorgasmia al escribir que me impide sentir como antes y moverme también –periodísticamente hablando.

Vaya, este cansancio de amanecer profesional que me obliga a pensar, a sufrir, a vivir que me impide dormir, y cansa estas dos únicas neuronas, de tanto choque y producción de energía.

2 parte: Muchas preguntas: pocas respuestas

Pregunta (P): ¿Qué es hacer periodismo con preservativo?

Respuesta ®. Lo mismo que hacer el amor con-condón

P: ¿Cómo en el sexo te atreves a quitarte el preservativo en el periodismo?

R: Eso quisiera, eso quiero, ahora depende cómo, por qué y para qué.

P: ¿Qué significaría quitarle el preservativo al periodismo?

R: It ´ MEANS be myself, and write, think and do journalism. ¿Inconforme? Sí, claro, el día en qué no lo esté me retiro, pero decidido a hacer, a vivir, a luchar, inconforme con el cómo sobre todo, mucho más que con q´.

P: ¿Significa defender otras ideas y valores o cambiar lo que nunca, estoy convencido, debería ser cambiado? ¿ Acaso  implica ser menos conscientes, comprometidos, integrados? ¿O sería escribir para una de-generación X o Y, o cualquier otro que pague por mentir, destruir y no por sentir o construir.

R: No, eso no sería hacer un periodismo diferente, eso sería sumarse al mismo periodismo que hacen “los grandes” sí, claro los grandes manipuladores, además, no podría sumarme  porque no lo comprendo, así no lo siento, no quiero y porque no me da la gana.

P: Hacer un periodismo sin preservativo ¿SERÍA…?

R: SER más inteligente, más atrevido, más efectivo, sería pensar en lo que quiero lograr y no en lo que debo hacer, enfocarme en la calidad de lo que hago para cumplir mis objetivos y no solo en que debo cumplirlos. Sería no improvisar, cumplir sin abrirme a lo posible, a abrirme al mundo y explotar mis razones –que son la razón- de manera atractiva, logrando que mis receptores sientan al leerme el mismo placer que yo sentí al escribir.

Hacer un periodismo sin preservativo jamás sería decir cualquier cosa, sería decir lo correcto a mi manera, creativamente, con inteligencia, ironía, sarcasmo, humorísticamente o mediante cualquier recurso que surta efecto porque guste y no porque sea la única alternativa.

P: ¿Qué te hace falta? 15 centavos o un peso?

R: Tener la oportunidad de hacer un periodismo diferente, escribir como joven que soy y no como si tuviese medio siglo, lo haría si me regodeara de gente que quiere escribir, hablar, visionar en el siglo XXI y en constante lucha con una desleal competencia, con menos poder, o con el único poder que da la razón, con menos recursos o con los únicos recursos que dan el talento, la inteligencia, la creación y las oportunidades de crear.

Un periodismo diferente es el que dice esto comunica mejor, o pudiera comunicar más de esta manera y no el que diría “con este siempre hemos comunicado y  por eso lo seguiremos haciendo así”, un periodismo distinto que se piensa como un todo y busca la mejor foto que sustituye palabras, la infografía acertada, esa que convoca al disfrute de su consumo, al artículo que se presenta solo precedido de la búsqueda, el pensamiento abierto y reflexivo y no precedido, por ese dedo que señala sin distinguir que el alba y el ocaso apenas se diferencian.

P: ¿Estás, están preparados?

R: Más allá de preguntas y respuestas podríamos conversar mil  y una noches. Solo te digo algo, hay que correr riesgos, hay que abrirse, y hablar, debatir y escuchar, hay que motivar y hacer pensar, tenemos que abrir nuestra mente y por una vez quitarnos el preservativo, riesgos se correrán, sí muchos, pero de lo contrario nunca se demostrará tu fertilidad, de lo contrario nunca tendrás descendencia, nunca disfrutarás, la vida es de riesgo y de confiar, siempre de confiar, si no confías en tu compañía, jamás podrás quitarte el gorro, pero deja vivir y deja disfrutar, déjame hacer el amor que es el periodismo y déjame quitarme el preservativo. Y si quieres no me dejes que yo mismo, mientras pueda, me lo voy a quitar. Yo no soy el contrario, yo soy tu queriendo ser mejor, más libre, más útil y eficaz en lo que hago, yo soy tu…sin preservativo.

enero 21, 2010

¡Coño Obama!

Filed under: Mundo,Política,Social — Dayán García La O @ 1:21 am
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Sabía que iba a llegar el momento de escribir sobre Haití. Deseché el después del terremoto porque no encontraba forma de escribir tanto dolor. Ahora me llegan a Facebook una invasión de flechazos sobre lo que hace Estados Unidos en el cercano país del Caribe.

Recuerdo la campaña del flamante Premio Nobel. Sin dudas “el negrito” era preferido por todos, fundamentalmente porque el McCain nunca escondió sus pensamientos y dejó claro su fanatismo al método Bush.

CHANGE, el slogan de Obama me engañó a mí y a la mayoría estadounidense. Pensaba en un nuevo camino de la política exterior norteamericana, que no necesariamente tiene que ver con Cuba, en ese aspecto permanecí escéptico. No esperaba más descaros aberrantes, de esos que te dejan con la boca abierta. Ahora, con lo que pasa en la hermana nación caribeña, la administración Obama no me deja cerrarla ni un instante.

¿Por qué sembrar más terror?

¿Por qué sembrar más terror?

Que es eso de mandar militares, y no enviar medicinas, medicos, casas de campaña, alimentos, que se yo.

No puedo creer que más de 13 mil soldados estadounidenses estén en Haití en “labores humanitarias”, sobre todo cuando abiertamente las fuerzas de ocupación están reprimiendo las protestas populares con armas provistas de balas de goma y bombas de gas lacrimógenas.

La conducta de la Casa Blanca contrasta con la postura mundial, todos quieren materializar la ayuda al pobre país del Caribe. Estados Unidos impide la llegada de los alimentos y de la verdadera mano amiga.

Adivino la suerte de esos niños llevados a Estados Unidos

Adivino la suerte de esos niños llevados a Estados Unidos

Descubro en el ciberespacio este anuncio de un video: RAZONES PARA EL TERREMOTO EN HAITÍ…. EEUU Y SU PROYECTO HAARP: programa militar destinado a controlar la Ionosfera y en consecuencia los cambios climáticos. La manipulación del clima. Increíble, pienso tras ver el video. También encontré que un total de 53 niños huérfanos haitianos, la mayoría menores de cuatro años, aterrizaron ayer martes en Pittsburgh (Pensilvania, Estados Unidos) tras ser evacuados de Puerto Príncipe. Otra  Operación Peter Pan. Siento ahora una mezcla de soberbia e impotencia. ¿Qué hacer?.

Ahora me viene a la mente la imagen del reciente Premio Nobel de la Paz. ¡Qué sonrisa la de Obama!!Qué carisma!, ¿qué CHANGE ni que ocho cuarto?

Una vez más el imperio se ensaña con  el dolor ajeno, es una lástima que se camuflen tras la sensibilidad y los mejores valores de la especie humana. ¡Coño Obama, apretaste!

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