El click del campesino

abril 20, 2012

El bendito arte de pasar páginas

Filed under: Cuba — Dayán García La O @ 6:07 pm
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Leer siempre fue una de mis pasiones preferidas. Al menos eso pensaba cuando era un adolescente de 12 años y devoraba libros raros para mi edad, como la trilogía universal del escritor Henryk Sienkiewicz (Un Héroe Polaco, A Sangre y Fuego, y El Diluvio). Recuerdo que aprovechaba los momentos que mis iguales ocupaban en criar palomas, robar caballos, darse una escapadita al río, corretear por los cañaverales o cazar tomeguines, azulejos y mariposas. Tiempo después, en la matancera vocacional Carlos Marx y en la Universidad de La Habana recorrí inexplicablemente los infantiles caminos de Julio Verne y Emilio Salgari, en lo que llamaba simplemente deudas antiguas o etapas congeladas.

Es interesante mi desequilibrio literario (el tema de este post pensarán muchos), pero  no es así, aunque mi idolatría lectora intente apartarme de los objetivos con los que me senté a teclear.

Precisamente, no hay nada más ligado a la relación entres los humanos y los libros que el hecho de pasar páginas, dejar atrás sueños e ideas, enfrentar nuevos caminos y otras realidades, alejar el inicio, acercar el final…

Más allá del papel, en la vida misma, las emociones se suceden, las rutas se entremezclan, y a veces son profundos los cambios y lenta la adaptación. Según la psicología para el ser humano es difícil en extremo reestructurar el campo, zafarse de hábitos, rutinas, creencias, espacios, máxime cuando el recuerdo golpea la nostalgia, o viceversa.

Hace unos meses cambié de ubicación laboral, dejé atrás el lugar de tres años,  ese que conocía desde que me gradué o –lo que es lo mismo- desde que renuncié a ser un estudiante lleno de sueños. Tarea difícil, pero a veces los instintos pueden más, o el riesgo, o lo que vendrá.

Nunca he tenido miedo a equivocarme, tampoco a reconocerlo. Aunque no es el caso, creo que todo comienza a tener nuevas significaciones, con el tiempo de aliado, con la nostalgia de compañera inseparable. Extraño, sí, pero solo necesito que me respeten el derecho de pasar esa página. Es humillante que tenga que esconderme para compartir con amigos en el lugar que me formé, o que para darle un beso a una colega tenga que pedir permiso a su jefe, quien fue mi compañero hasta hace unos meses. Lamento que no fueron pocas las madrugadas de mi tiempo que dejé en ese rincón. También agradezco… el agradable sabor de pasar páginas.

En la ciudad de Matanzas están muriendo muchos sueños de una amiga,  quien camina todas las tardes por el viaducto, para que la brisa marina borre remembranzas capitalinas del pasado. Esta periodista no se detiene a pensar que mientras gaste energías en la batalla del olvido, son menos las sonrisas que puede regalar. Hace unos días estaba en mi casa leyendo dos ejemplares de Zunzún, pero ese no es el tema de este post.

4 comentarios »

  1. Lo siento mi coterráneo, pero no puedo pasar la página tan fácilmente. Me cuesta demasiado desprenderme de tantos momentos lindos que acompañaron mi estadía por aquella casa vieja, con tejas caídas. No puedo dejar de añorar los días que caminaba sin preocuparme de nada, tan solo de encontrar una buena obra o de ocupar un sillón en el Yara. Me es demasiado difícil no añorar a las amigas que me hacían compañía o al menos aquel ángel divino que supo llenar mi corazoncito cuando mi mundo se derrumbó. No se trata de masoquismo, se trata de mi alma demasiado romántica y utópica que se resiste, a veces, a los cambios.

    Por ahora no te puedo dar muchas noticias alentadoras, solo que sigo siendo yo, sigo regalando sonrisas y besos de desayuno aunque para ello cada tarde tenga que salir a despeinarme con la brisa de la bahía matancera. El mar me llena, me energiza y eso es excelente cuando se llega a la vida real, cuando se acaban los sueños de estudiantes y comienzan las frustraciones propias de un medio provincial. Solo te puedo decir que necesito letras de mis colegas, necesito a mi campesino, las botellas que me llegan desde cienfuegos y por supuesto que letra joven me ilumine.

    Comentarios por cubanitaenprimerplano — abril 20, 2012 @ 8:38 pm | Responder

    • Ahijado ,nunca te he sentido tan desorientado ,,esa es la vida. ,llena de cambios ,,tranformaciones ,y esta es una ,,el intentar cruzar otras puertas ,,pero tu eres fuerte ,y nunca dejaras arrastrarte por sentimientos encontrados ,no hables de pasar la pagina ,solo estas dando un paso de avance en tu vida profesional ,,pero ahi comenzaste con ella ,y no puedes olvidar ,esos lindos momentos que pasaste con los que te quieren bien ,que de seguro son muchos ,o los desencuentros ,con los que ,son menos profesionales ,,pero ahi comenzo tu vida ,como trabajador y dejaste de ser estudiante ,,mi nino ,eso nos pasa a todos ,cuando cambiamos de lugar,,,pero no tienes que esconderte de nadie ,para compartir con un amigo ,ni pedir permis para dar un beso ,,solo tienes que adaptarte a las nuevas circuntancias y dejar correr el tiempo ,este lo cura todo ,,, eres maravilloso y triunfaras .,siempre te lo digo ,por que veo en ti ese nino dulce ,inteligente ,sencible ,y sobre todo con esa indiosincracia que es solo tuya ,,te quiere ,tu madrina……..

      Comentarios por Floresita — abril 24, 2012 @ 12:54 am | Responder

  2. Dayán:

    Leyendo este artículo (un poco tarde, lo confesamos) nos enteramos de tu cambio de «ambiente profesional». Éxitos en tu nuevo trabajo y solo esperamos que le pongas ganas como hiciste en la AIN. Se pueden pasar tantas páginas como deseemos, siempre y cuando el libro tenga muchas más y con buenas letras plasmadas. Un abrazo de la pareja que surgió en el Turquino.

    Comentarios por turquino — junio 24, 2012 @ 11:51 pm | Responder

    • Gracias muchas. Quiero retomar nuevamente el camino del click. Gracias por pasar. Un abrazo grande desde mi nuevo ambiente profesional.

      Comentarios por Dayán García La O — noviembre 20, 2012 @ 10:35 pm | Responder


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