El click del campesino

enero 11, 2010

¿Quién pulsa stop en el reloj de la vida?

Filed under: Cuba,Mundo,Social — Dayán García La O @ 1:57 pm
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Ya son 25 años. Un cuarto de siglo. El viaje a mi casa de Macondo (Itabo) me sirvió para, además del atracón de carne y cervezas (digestiva combinación), disfrutar de mi familia al máximo. ¡Cuántos momentos pasados y por pasar!

Un mes de nacido... lindo como siempre

Un mes de nacido... lindo como siempre

Una tarde mi mamá llegó con un arsenal de fotos ¿viejas? (solo por el color amarillo).

-Mírate- me dijo con los ojos acristalados. Me descubrí entonces hace más de 20 años, abrí el scanner y me traje esos flashazos para compartirlos.

Creciendo, jutno a las colonias de la era socialista

Creciendo, junto a las colonias de la era socialista

No puedo dejar de pensar que soy producto de una formación abuela-madre perfecta. Quizás por ellas me gradué en la Universidad y no preferí, como mis contemporáneos del campo, sacar el 12 grado para recalar en Varadero, con lo que cobraría honestamente el triple de lo que gano hoy y aseguraría una “extranjera” dispuesta a “llorar en cualquier lugar del mundo mientras yo gozaba en La Habana”.

Con mi tía hermana

Con mi tía hermana

Eran 17 los años que tenía Migdalia La O cuando “por error” salió embarazada. Pospuso los estudios universitarios. Bastó un técnico medio para cuanto antes ganar dinero para dos, siempre contando con mi abuelastro-papá que se rompía el lomo estibando todo tipo de viandas en una cooperativa.

Así llegó la escuela con el derrumbe del campo socialista. Escuela + Crisis (es hasta difícil recordarlo). Días de no ir a la escuela por falta de zapatos, meses de usar un invento que llamaban zapatillas (declaradas por la prima ballerina assoluta Premio Nacional de la Innovación) y del que solo se salvaban aquellos que recibían la moneda fuerte del extranjero. Las citadas zapatillas eran un producto de tela (mezclilla mejor) cocida a una cámara de tractor o camión.

En ese contexto mi mamá soportó en silencio que mis maestros de primaria afectaran sus necesidades y me compraran el calzado para asistir al II Congreso Pioneril.
-“Negro, tú no puedes ser menos que nadie”- me dijo la directora cuando me entregó aquellos tenis azules, lindos, esperanzadores, sacrificados…

Uno de mis cumpleaños...

También mientras miraba las fotografías me vino a la mente mi paso por la vocacional. Los justificados regaños de los profesores de mucho tiempo en el centro ante mis fugas para el estadio:

– ¿No te da vergüenza? Nosotros vimos a tu mamá con una barriga que le tapaba la boca subiendo estas escaleras.

Un poco antes – rememoré- un DC-10 me había soltado en París, donde tuve la oportunidad de apertrecharme hasta los dientes. Pero ya no profundizo porque ese es tema de otro post. Pero, incluso en esa oportunidad de “fáster”, mi mamá rezó todos los días en algo más de un mes que estuve fuera de casa.

mi graduación de sexto grado

mi graduación de sexto grado

Cuatro años pueden parecer una eternidad cuando los tuyos te faltan, cuando lo desconocido intimida, cuando la distancia solo relega al recuerdo. Así se enfrentó esa mujer a Venezuela; solo para darme, digo darnos, lo que nunca habíamos tenido, más allá del sentimiento de solidaridad e internacionalismo.

Viendo las fotos lloro por lo que ha sido este minuto a minuto de mi madre, pendiente del “niño”, nombre que aún con 25 años no he logrado quitarme. ¿Cómo le pago?

Ella ahora es feliz porque su hijo es “alguien en la vida”, periodista, especialidad de cierto reconocimiento social; pero, ¿acaso sabe cuando va a parar de compartir su salario con este profesional? Mi mamá merece mucho más que eso.

5 comentarios »

  1. Hola, muy bueno tu post, me trajo recuerdos similares porque aunque tengo 10 años más, viví similar situación, a diferencia que el período apocalíptico me agarró comenzando mi carrera universitaria……..¡Que recuerdos aquellos!….cuando los apagones no me dejaban estudiar en la facultad y tenía que caminar 2 km hasta el hospital (único con electricidad en las noches)y sentarme en el pantry de alguna sala de ingresos a estudiar, para poder aprobar mis evaluaciones diarias. Tiempos en que la facultad solo ofertaba en su menú «las tres A»: arroz, sopa de arroz y dulce de arroz.
    Mi memoria mantiene vivo el recuerdo de mi «hiperqueratosis folicular secundaria a un deficit de vit A», enfermedad que me dejaba al descubierto desagradables lesiones en la piel y que afortunadamente desaparecieron gracias al «apoyo vitamínico» de un lejano pariente que marco su boleto de ida (sin regreso) por la «terminal del Mariel».(ironías de la vida)
    Pero aquí estamos, gracias a nuestros padres y familiares (los de dentro y los de fuera) que tan silencioso sacrificio hicieron (sin esperar nada a cambio)para que nos mantuvieramos con salud y en «aceptable» estado nutricional en situaciones tan adversas, prescindiendo incluso (los de dentro) de su propia ración para que a sus hijos o familiares no les faltara las necesarias «macromoléculas» para vivir.
    Hoy estoy en igual latitud que su progenitora, dando mi aporte por el prójimo, pero tambien intentando agradecerle a mi padres todo cuanto hicieron por mi hasta ahora. Tratando de proporcionarles una digna tercera edad a la altura de lo que «merecen» por todo lo aportado durante estos años de vida social activa.
    Ojalá cuando me toque recibir por mi aporte a la sociedad, las cosas esten al nivel que deben estar.

    Comentarios por karlos — enero 11, 2010 @ 5:57 pm | Responder

  2. Negrito:
    Esos relojes no tienen manera de hacer stop. No te queda de otra que ser un gigante con tu madre. Adórala en vida, que es el mejor pago.
    Me hiciste recordar a mi abuela, que también formó parte de esa legión de formadoras de hombres, que con lágrimas construyó mi futuro.
    Me sacudiste la memoria con tu post.

    Comentarios por Miguel Fernández Martínez — enero 11, 2010 @ 8:28 pm | Responder

  3. Oye men, me gustó cantidad este post. saludos.

    Comentarios por darioalex — enero 14, 2010 @ 8:25 pm | Responder

  4. DAYAN TE LA COMISTES. MUY LINDO. TU MAMA Y YO SOMOS AUN AMIGOS DE VERDAD . SALUDOS A MIGDALIA. QUIEN LO IBA A DECIR AQUEL MUCHACHITO QUE LO VI DESDE LA BARRIGA DE MIGDO Y CRECER HASTA HOY ,ES TODO UN PROFESIONAL . FELICITACIONES

    Comentarios por JUAN CARLOS MARTINEZ VALIDO — abril 16, 2011 @ 3:19 am | Responder

  5. me has hecho lagrimear… 😦

    ay qué pena! ni me conoces y yo soltando mocos en tu blog, jajajajajaja!

    bellísimo!

    Comentarios por izmatopia — febrero 20, 2012 @ 7:37 pm | Responder


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